La salud reproductiva y sexual está incluida en el marco de los derechos humanos según la Organización Mundial para la Salud (OMS) desde el año 1994, la cual contempla el conocimiento, libertad de elección y acceso a métodos anticonceptivos seguros, y a servicios de prestación de salud.
Tradicionalmente Venezuela contaba con todos los métodos anticonceptivos. Estos van desde definitivos: esterilización quirúrgica y los dispositivos intratubáricos; de larga duración: implantes, sistemas y dispositivos intrauterinos; de uso frecuente: píldoras, anillos vaginales, parches e inyecciones; de barrera: preservativos y naturales: calendario menstrual, moco cervical y temperatura corporal.
Desde hace aproximadamente 5 años para nadie es un secreto que estos métodos han ido desapareciendo progresivamente del mercado.
Para la Ginecóloga Carmen Mantellini“Como agravante a esta realidadvenezolana, ya desde el año 2010, según cifras oficiales, a pesar de que 93 % de las mujeres encuestadas respondían que si conocían los métodos anticonceptivos, sólo un 43% de las mismas utilizaba algúno, preocupante además que sólo un 3% contestó utilizar preservativo, con el repunte actual de las infecciones de transmisión sexual”.
Para el año 2014, la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) publica el resultado de la Encuesta Nacional de Juventud realizada durante el año 2013, en la cual se evidencia que las jóvenes venezolanas se embarazan en promedio a los 18 años, muchas de las cuales desconocían la existencia de métodos anticonceptivos o dónde podían conseguirlos.
Esa encuesta reveló adicionalmente que en los jóvenes encuestados entre 15 y 29 años, ocurrieron 1 millón y medio de embarazos no deseados y que 1 de cada 3 parejas ya vivía y afrontaba la maternidad de manera solitaria, un impacto no sólo desde el punto de vista social sino de reinserción a la vida educativa y de trabajo formal.
Al inicio del 2019, fueron presentados los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), un esfuerzo realizado en conjunto por la UCAB, la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad Simón Bolívar (USB) en la cual pudimos constatar que el 94 % de los hogares venezolanos no cuenta con los recursos para subsistir y ante una inflación proyectada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el 2019 de 10.000.000%
Un tercer estudio presentado en mayo de este año por 5 oenegés, entre ellas Amnistía Internacional, AVESA y CEPAZ entre otras en los cuales registraron la realidad de las venezolanas que atravesaban la frontera y pudieron constatar que en la frontera con Colombia entre abril y junio de 2018, se registró la entrada de 8.209 mujeres venezolanas embarazadas, 6.304 (76.7%) de ellas sin control prenatal y 8.045 (98%) sin seguridad social. En la frontera con Brasil, el 10% de los partos en el estado fronterizo de Roraima entre enero de 2017 y marzo de 2018, correspondieron a mujeres venezolanas.
La Dra. Mantellini explica “¿Qué puede traer esto como consecuencia?
- Aumento de embarazos no planificados (incluidos los de madres adolescentes).
- Aumento de maternidad forzada.
- Aumento de abortos inseguros.
- Aumento de muertes maternas asociadas a abortos inseguros.
- Aumento de infecciones de transmisión sexual, incluyendo VIH/SIDA. “
Ante esta realidad y otras preguntas como ¿Cuáles métodos cuenta la población venezolana para protegerse de embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual? Visita en instragram @Dramantellini.